Las Persianas
Historias de Terror Para No DormirFebruary 21, 2023x
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Las Persianas

Historias de terror sobre lo que se esconde en las casas... o justo afuera de tu ventana. Encuentra nuestros otros shows en Scary.fm y a Edwin en Edwin.fm Scary Plus es nuestra membresía con episodios sin anuncios y contenido extra. Puedes probarlo gratis para apoyar a nuestros programas. Traducción y edición de sonido por Cristina Lumague. Historias escritas por Edwin Covarrubias.
Bienvenidos a historia de terror. Las historias de hoy se llaman las persianas. El último airbnb y la gente solo pasa por aquí. Mi nombre es edwey y te voy a contar una historia de terror. No me gusta mirar afuera. Cuando era niño, mi cuarto tenía esas persianas irritantes, horizontales y blancas en la ventana. Ya conoces el tipo se suben fácilmente, pero requieren algunas maniobras especiales para volver a bajar. Mi cuarto estaba al lado oeste de la casa, así que podía ver los atardeceres eran hermosos, aunque un poco siniestros, porque proyectaban esas sombras largas sobre el área cubierta de árboles de lote vacío de a lado. Estuvo ocupado en un momento, o eso me dijeron los niños de mi escuela, pero los árboles eran tan densos y el zacate estaba tan cubierto de maleta, o sea, que no se podía ver nada dentro. Sin embargo, de vez en cuando yo podía ver una luz desde el interior del bosque pequeño que se encendía y se apagaba el área tenía una cerca corta a su alrededor, pero por lo que podía ver desde mi ventana, no había puertas ni formas de entrar, aparte de saltarla cerca de metal barato. Una noche, mientras me preparaba para ir a la cama una pequeña vela, una especie de luz parpadeante, me llamó la atención cuando justo estaba apagando las luces de mi habitación. Tiré de la cuerda para levantar las persianas, pero la cuerda no funcionaba, así que metí el dedo entre las persianas y abrió un pequeño espacio entre ellas, así para poder echar un vistazo. Y sí, ahí estaban dos luces naranjas parpadeantes en la oscuridad. Siempre recordaré esa noche. Recuerdo el frío que hacía exactamente lo que llevaba puesto fue entonces cuando todo comenzó. Me desperté alrededor de las dos de la mañana con el sonido de golpecitos de mi ventana. No había ramas ni nada, como en las películas. Mi cuarto estaba en el segundo piso y no había balcón ni techo junto a la ventana y si dejabas caer algo, caería directamente al suelo, al lado de la ventana de la sala y no en el área donde mi papá guardaba los botes de basura. Intenté ignorar el sonido y volver a dormirme, pero lo escuché nuevamente. Un poco más tarde. Los números verdes del radio Alarma marcaban las tres con veinte minutos de la mañana. Con los dos puntos intermitentes entre el número tres y el veinte me había quedado dormido con el sonido. El ruido había regresado. Encendí mi lámpara solo para notar que había un espacio y entre dos persianas. Si alguien las estuviera manteniendo abiertas para mirar hacia afuera, tal vez los había dejado así cuando miré hacia las luces, pero luego noté algo. El espacio entre las persianas estaba cerrando lentamente. Luego se cerraron por completo. No sé si todavía estaba medio dormido y me lo había imaginado todo, pero traté de olvidarlo. Me desperté las cinco diez. Una vez más, el golpeteo había regresado. Agarré mis cobijas y me las puse sobre mi cabeza, pero el golpeteo se hizo más fuerte. Frustrado, paté mis cobijas lejos listo para encender mi luz de nuevo, cuando de repente, el golpeteo se detuvo algo estaba afuera, como la ventana estaba justo enfrente de mi cama, tenía una vista clara de las dos dos luces que estaban un poco iluminadas entre los árboles secos de al lado, incluso a través de los pequeños espacios entre mis persianas. No estoy seguro de cómo me las arreglé para caminar a la ventana, pero cada paso que crujía pensaba dos veces sobre lo que estaba a punto de hacer, hacía más frío a medida que me acercaba. Y cuando finalmente estaba junto a la ventana, puse mi dedo entre las dos persianas para mirar más de cerca. Y fue cuando sentí que una mano fría agarraba mi dedo y luego la otra mano helada agarraba mi muñeca. Traté de gritar traté de gritar tan fuerte como pude, pero no salía ningún sonido. Golpeé las persianas con toda la mano y alcancé a ver una amplia sonrisa con muchos dientes, un par de ojos oscuros y un rostro pálido. La cosa susurrón muchas voces, pero hasta el día de hoy no sé cómo describirlo. Y así me soltó y caí de rodillas tratando de recuperar el aliento. Me levanté para correr hacia mi puerta. Había tumbado algunas de las persianas y tenía una vista clara hacia afuera. No quería mirar, pero mientras retrocedía hacia la puerta, vi a la criatura, la cosa, una criatura pálida anormalmente alta, moviéndose hacia el par de luces de lote de al lado. Nunca le conté a mi familia sobre esto y aunque no vivo En el mismo lugar, todavía escucho golpes en mis ventanas de vez en cuando. Ahora uso cortinas, me aseguro de cerrar mis ventanas por la noche. No nunca sabe lo que puede estar viéndote a través de la oscuridad afuera de tu ventana. El último Airbnb. Estoy tratando de ser lo más respetuoso posible al compartir esta historia contigo, pero necesito contárselo al mundo o me volveré loco. Para aquellos de ustedes que no saben, airbn v es un servicio que permite a los propietarios alquilar sus casas por algunas noches, no por esta días más largas, a los visitantes, esencialmente convirtiendo su lugar en un hotel. Me he quedado en algunos de ellos y aunque algunos fueron mejores que otros, ninguno se acerca a lo que experimenté en una noche en la región desértica de los Estados Unidos. Mi avión llegó tarde, como esperaba. Mi avión a huelga con uber y los precios de un viaje a mi rbyn B estaban por las nubes, pero no tuve más remedio que pagar ochenta dólares por un viaje de quince minutos a la dirección que el propietario había enviado, mientras mi teléfono todavía estaba en modo avión. Cinco, seis, seis, siete era el código para entrar por el portón. Dijo había instrucciones muy detalladas sobre cómo entrar a la casa. Casi demasiado detalladas estaciones. Su carro en la calle debajo de la casa no molesta a los vecinos. Ingresa al código clave exactamente como se indica. Seguido de la tecla de signo de número sigue el camino de ladrillos rojos hacia la parte trasera de la casa, la llave estará en la puerta y lista para ti no moleste a los vecinos. Sí lo dijo dos veces. Esta estancia es el estilo autoservicios. Supongo que nadie estaría ahí para saludarme y dejarme entrar, pero está bien así pensé de hecho, yo prefería no tener que hablar con alguien e irme directamente a dormir. El viento soplaba por el cielo nocturno que estaba despejado. Nunca había visto tantas estrellas en mi vida. El uber se fue antes de que ingresara al código de la llave en la caja, lo cual fue frustrante porque parecía que no podía hacer que la puerta se abriera. No había nadie a la vista fuera. Tuvo sentido quién iba a estar afuera a la una de la mañana, justo cuando estaba a punto de llamar al dueño de la casa. La puerta se abrió después de presionar la tecla de signo de números. Gracias a Dios, los ladrillos se tambalearon mientras seguía el camino hacia la parte trasera de la casa. Pero cuando finalmente llegué a la puerta de Vidrio vi la llave tenía un llavero con una forma de placas de arizona. Giré la llave, abrí la puerta y encontré una habitación normal con una cama grande y dos puertas, una era para el armario y la otra para el baño. Abrí la puerta del baño y levanté el asiento del inodoro solo para encontrar papel de baño ensangrentado en la taza. La persona que limpió debe haber olvidado bajarle al baño. Ni siquiera quería abrir la tapa del bote de basura, pero pero no pude evitarlo y presioné el botón con el pie para que la tapa se abriera, pero sí tenía una bolsa blanca limpia para mi alivio. Estas cosas suceden a veces. No soy conocido por dejar quejas en las secciones de reseñas, así que le bajé y me ocupé de mis asuntos y fui a lavarme las manos. Cuando miré hacia el espejo, vi manchas marrones con costas. En los bordes del espejo nos vi en las esquinas del grifo y las perillas sangre seca. Sin embargo, el lugar olía bien como suavizante de telas. Abrí la puerta del baño y agarré mi mochila del suelo. La apoyé en la mesa, que supongo sería mi escritorio. Durante el fin de semana, agarré mis chores con los que dormiría y me quité los zapatos y me cambié para prepararme para ir a la cama. Estaba tan cansado que olvidé cepillarme los dientes a las cinco de la mañana me alarma sonó como siempre me senté en la cama en silencio. Todavía estaba oscuro afuera, pero tenía que ir a mi reunión con un comprador potencial. Las minas son un negocio moribundo, pero generalmente a las personas mayores les gusta comprarlas y contratar a trabajadores para excavar en busca de metales residuales. Donde hay un comprador, hay una agente de ventas y ese soy. Yo encendí la luz del baño y abrí el grifo de la ducha solo para ver que el agua marrón se ahogaba y luego era reemplazada por agua Humeante de aspecto limpio. Yo sabía que algo estaba mal en ese lugar desde el principio. Debería haber captado las señales antes. Yo estaba soñando despierto en la ducha cuando escuché un grito en la pared de al lado. Ahora la casa era obviamente compartida porque mi habitación había sido separada para servir como la parte de airbnb de la casa. Sí que no tenía idea de quién estaba lado, pero el grito no era nada normal, así que agarré mi toalla y salí corriendo a mi habitación. Me quedé allí goteando, esperando que sucediera algo más, pero nada pasó. La mañana estaba tranquila, sin grillos, sin perros, sin gallos, solo silencio. Regresé al baño y me sequé, me cambié y me afeité mientras me aseguraba de no tocar demasiado el lavabo y tomé mi celular para esperar otro uber. Ahora las casas no estaban una al lado de la otra. En esta área era una extraña combinación de un vecindario suburbano mezclado con campos rurales en el medio y todas las casas parecían viejas y tener grandes patios alrededor. Yo estaba caminando hacia la carretera justo cuando el sol estaba saliendo, cuando escuché una voz de un hombre mayor hablando y riéndose solo mientras estaba sentado en una vieja silla blanca de planta ahí junto a su porche. Buenos días, le dije. Luego se levantó quejándose me dio la espalda y entró a su casa. Se quedó allí por un rato y luego cerró la puerta con tanta fuerza. Escuché el traqueteo de sus ventanas. No pensé mucho en eso, pero definitivamente se me hacía raro. Luego, a través de mi celular, llegó la notificación de que el conductor de uber estaba a dos minutos, pero vi los faros frente a mí, así que le hice señas para que Bajara, me subí saludé y fui a la oficina del Comprador en el centro de la ciudad. Estaba oscureciendo. Cuando regrese, esta vez tomé un taxirreal cinco, seis, seis, siete, no signo numeral. La puerta se abrió y seguí los ladrillos tambaleantes. Cuando escuché la puerta, mi puerta cerrarse, caminé más rápido hacia mi y pude ver las cortinas de la ventana, moviéndose el servicio de limpieza. Tal vez me sentí muy incómodo, pero abrí la puerta. Entré y miré alrededor. Nada aparecía fuera de lugar, excepto la puerta del armario. Estaba justo al borde de cerrarse o abrirse cuando di un paso hacia ella. Las vibraciones de mis pasos en los pisos de madera debieron haber provocado que la puerta se abriera, porque la perilla hizo click y se abrió dos centímetros. Qué raro, pero yo no estaba preparado para lo que estaba a punto de ver. Abrí la puerta e intenté mirar adentro. Estiré mi brazo para agarrar la cadena de la bombilla, pero en lugar de una cadena colgando, sentí una correa de cuero, un cinturón. Lo moví y escuché el suave tintineo de metal. La cadena jalé y la luz parpadeó en la barra de madera, donde normalmente pondrías ganchos. Había un cinturón en forma de una soga había sido cortado en el lazo. Un mechón de cabello largo y oscuro se enganchó en el nudo. Alguien fue colgado ahí. Luego se cortó el cinturón para liberarla sentí ganas de vomitar, así que corrí al baño solo para ver papel del baño ensangrentado en el inodoro nuevamente frenéticamente, agarré mi mochila, llena de ropa mi toalla a mi cargador y miré a mi alrededor para ver si había olvidado algo. Cuando se apagaron todas las luces, escuché un grito. Luego yo grité, abrí la puerta y corrí hacia el portón. Agarré mi teléfono y pedí un uber ocho minutos de distancia. Caminé hacia la carretera nuevamente cuando escuché una risa. Una vez más era el mismo vecino, pero ahora las risas también venían de la casa de enfrente. Los vecinos miraron y se rieron sus rostros arrugados y dientes amarillos aún se podían ver gracias a las luces naranjas de la calle. Lo único que hicieron fue reír caminé más rápido, pero sus risas se hicieron más fuertes. Recibí la alerta. El uber estaba cerca. Entré y la mujer en el asiento del conductor notó la risa y mi cara de pánico qué está pasando aquí me preguntó sonriendo. No sé. Por favor, sólo maneja su expresión cambió. No dijimos ni una sola palabra. Nunca me enteré del lugar, no dejé una reseña, ni siquiera busqué la dirección en Google para obtener noticias sobre esa área. Todo lo que sé es que nunca más me quedaré en casas de otras personas. La gente solo pasa por aquí. No tomo el tren muy seguido, así que siempre tengo que mirar los mapas y los horarios con anticipación para no terminar esperando a cuarenta y cinco minutos para que llegue un tren. Estaba visitando a mis padres. Esta vez habían viajado para visitar a mi tío y fue una sorpresa completa cuando me lo dijeron. Yo estaba tan emocionado de verlos que llamé a la estación de tren cerca de mi casa para ver cuánto tiempo me tomaría viajar de mi ciudad a Denver. Esto fue antes de Google Maps y todas esas cosas tecnológicas iban a ser alrededor de cuatro horas y aparentemente también necesitaba tomar un camión para el primer tramo del viaje. Todo transcurrió sin problemas. Bajé del camión y subí el tren. Tomé mi asiento, revisaron mis boletos y me senté mirando por la ventana. Seguía pensando que estaba olvidando algo u otro sentimiento extraño como ese, pero mentalmente revisé todo dos veces y no faltaba nada. Creo que solo estaba haciendo paranoico. Cuando agarré mi mochila y bajé del tren. Vi una cara familiar. No había visto a mi primo en años. Alguien debería haberle dicho que vendría. Estaba realmente feliz de verlo mírate todo colorado. Dije señalando su barba, estilo leñador y su camisa de franela roja. Se rió como siempre lo hacía luego esa vieja risa desde que éramos niños y jugábamos juntos en el patio. Cada vez que mi tío venía a las parrilladas, cómo has estado, le pregunté, oh, ya sabes la gente solo pasa por aquí. Sí. Respondí un poco confundido por la seriedad de la declaración y al mismo tiempo tratando de fingir que le entendí el mensaje. Me miró fijamente durante unos segundos antes de decirme que me cuidara y que tenía que Irse caminó hacia los ascensores en la plataforma y yo fui por las escaleras. Pensé que lo vería en el piso inferior de la plataforma y tendría que volver a saludarlo otra vez. Pero cuando bajaba las puertas del ascensor se abrieron y salió una pareja joven con una niña, mi rastro de mi primo. Tomé un taxi a la casa de mi tío y mi mamá corrió a la puerta principal para recibirme mi papá salió bromeando sobre mi barriga cervecera, como siempre, nos habíamos acomodado un poco en la sala de estar poniéndonos al día con las cosas habituales. Aunque todavía no había visto a mi tío, aparentemente había ido a la tienda y debería regresar pronto. Tratando de entar una conversación, mencioné casualmente que pensaba que mi primo José había ido a la estación de tren a recogerme por qué dices eso Me preguntaron casi al mismo tiempo, pues porque ahí lo vi pero parecía tener prisa. Ambos me miraban cuando mi tío abrió la puerta principal y me saludó con una media sonrisa y un abrazo. Cómo estás. Cuéntale a tu tío lo que acabas de decir. Nos ordenó a mi mamá en un tono casi tembloroso. Nada solo les decía que via José en el aldén de la estación de tren. Él va a llegar justo ahora. Qué llevaba, puesto me preguntó mi tío una camisa de franela roja y jeans. Creo parecía que iba a trabajar. Está todo bien. Yo pregunté buena gente, José él dijo, mientras caminaba hacia la cocina con un paquete de seis cervezas y una gran bolsa arrugada de doritos. Mi mamá y mi papá voltearon hacia mí y fue entonces cuando escuché a mi mamá decir oh, querido. Yo he bueno, no estoy seguro de cómo decirlo. Hijo José murió en un accidente automovilístico la semana pasada. Interrumpió mi papá, condujo su carro fuera de la carretera en medio de la noche. Le encontraron a la mañana siguiente. Esa ropa que mencionó es, tal como lo describió la policía en el informe, el propo de una persona fallecida que vestía una camisa de franela roja. Yo estaba en crédulo. Tenía tantas cosas que quería decir o disculparme o no sé, pero terminamos sentados ahí en silencio. Me gusta pensar en el evento como si mi primo solamente trataba de despedirse de mí. Sin embargo, creo que entiendo su mensaje un poco mejor. Ahora la gente realmente solo pasa por aquí. Historia de terror es parte de la colección de Scarry Fm, con otros shows como terror historias reales, donde la gente cuenta sus propias experiencias para recibir las próximas historias. No olvide seguir este show en su aplicación de podcast. Para ponerte en contacto, puedes encontrarme en redes sociales sobre nuestra página historia de terror com Muchas gracias por escuchar mis historias. Nos vemos